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Realidad Páez

 

 

Primera cuestión; la lógica de las redes y el deporte olímpico (y bien argento) de linchar a todo el mundo, al mismo tiempo que nos entretenemos matando ídolos a garrotazos, como decía bien un gran poeta misionero.

Segunda cuestión: fijarse obcecadamente en lo que nos incomoda y pasar por alto lo que tienen esas palabras para interpelarnos.

Tercera cuestión: la literalidad como impedimento para pensar contextos y leer entre líneas.

 

Empiezo por acá, por las dudas.  Digo: Fito podría haberlo hecho mejor.




Es un ser sensible, y un tremendo artista. De modo que él, que sabe lidiar con las palabras, podría haberlas puesto más claras y en contexto. Lo voy a decir yo y no para “traducirlo”; es por si alguien no se dio por aludido. No se llega a un nivel tan escandaloso de pobreza si no se admite que se hicieron mal, y hasta muy mal, unas cuantas cosas. Esa falta de autocrítica, de autopercepción de que estamos siendo parte del problema, es uno de los flagelos con los que lidiamos día a día. Y la corrección política a la que él refiere es parte del asunto; somos como una familia que prefiere ignorar sus peores fantasmas y seguir la pantomima como si nada sucediera. Así nos va.

No hay que ser muy letrado en números para advertir que la economía estaba siendo un descalabro que nos llevaba a los caños. Pero claro, hay modos y modos de arreglarla ¿Eso quiere decir que el pato lo deben pagar los jubilados, los médicos, los laburantes, los pobres más pobres? No. ¿Quiere decir que hay que cagar a palos a todos como la mesiánica Bullrich y fugar la guita como el mafioso Caputo? No. Esto no es un gobierno, es una masacre. Votaron a unos bomberos que en vez de apagar el fuego arrojan a las llamas a todos, empezando por los desvalidos. Son bestias crueles y asesinas, qué duda cabe. Páez debió aclararlo, pero no lo hizo, y eso es lo que nos molesta.

Habló de la utopía. Dijo que no sirve para nada. Detengámonos en esas palabras. Hablarle de utopía a un pobre miserable que no llega al fin del día es un insulto. En eso tiene razón. Pero resulta que un país que no planifica, que no piensa en un futuro y vive tirándole baldes de agua a los incendios del presente es un país inviable.  ¿Qué tiene que ver eso con la utopía? Si sólo pensáramos en función de este presente, que es horroroso por donde se lo mire, no habría que hacer otra cosa que devenir en hedonistas. Pero resulta que la utopía es aquello que permite darle un sentido a lo que hoy no lo tiene o lo ha perdido. Sería lo que nuestros hijos podrían intentar, aun sabiendo que no se llega. La vida en función de un presente puede ser muy estimulante para lo existencial y personal, pero no construye sociedades más o menos estables, y mucho menos las actuales, donde los que van a la zaga de la tecnología y el desarrollo multidimensional te dejan pintado y te quedás viviendo en el Neanderthal.  

Habló de un tiempo estimulante. Pues sí. Claramente y para el que se ponga en el cuadro, Páez es artista y habla desde la creación. Sartre dijo alguna vez que la libertad de Francia había tenido una gran oportunidad cuando los nazis ocuparon Paris. ¿Sarte era nazi? No. Tampoco judío. Quiso decir que el momento era único porque permitía imaginar otra sociedad; estaba todo patas arriba y los intelectuales debían jugar fuerte con la imaginación y con la lucha. Está clarísimo que para el pibe del Rappi que sale a repartir en bici con cero grados, no se trata de un tiempo demasiado estimulante que digamos. Pero a él no van referidas esas palabras. ¿Fito debió decirlo, aclararlo? Tal vez. Creo que hubiera sido justo y necesario. 

Leo a mucha gente indignada. Siento recordarles que tuvimos que votar a Scioli y fumarnos a Sergio Berni, tipejos que no vinieron en un plato volador, ni florecieron en el Botánico. Podría poner más ejemplos, lamentablemente.

Por último, y para no eternizarnos. Sobran los testimonios de artistas de toda época y todo calibre con incorrecciones que sonrojarían al mismísimo Mengele. Neruda defendió a Stalin. Si vamos por ahí, pocos resisten un archivo, algunos de los que incluso levantan al dedito para escrachar a un rosarino que las pasó todas, se hizo desde abajo y cambió el panorama cultural de este país. Aflojen, porque el tiempo y la memoria es para todos; llega y te descubre.

Nunca me gustó el endiosamiento de nadie, eso que Fito suele hacer con Charly. Me parece un rasgo suyo adolescente, un poco sobregirado. Su pasión para hacer lo que hace es loable, y la admiro, pero resulta que ahora los demás también le responden en ese tono, y allí él sale perdiendo. Tampoco coincido con su rasgo algo esquizofrénico en el trato con la intelectualidad. Cuando quiere ser rockero, los desdeña y les contesta con el barrio. Pero cuando la pópuli le tira desde el otro lado, se pone un poco en profesor y en el intelectual que desdeña.

No importa. Todo esto, para que quede claro, no debe importarle a nadie más que a quien lee (si tiene ganas) y a mí, porque tengo un gran respeto y un grandísimo cariño por  buena parte de la obra de este tipo grande como músico y como artista. Y por eso escribo: porque me incumbe, y porque él se lo merece.

Y los demás, que sigan su camino por sonde venían. El tiempo dirá lo que tenga que decir.  

 

 

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